Técnicamente, un perro o una perra dejan de ser cachorros cuando llegan a la pubertad, esto es: a su desarrollo sexual. Esto puede ocurrir entre los 8 y los 18 meses de edad, aunque depende de muchos factores como la raza, el tamaño, el ambiente, etc. Mucha gente piensa que su perro aún “es cachorro” debido a un comportamiento infantil, pero es útil saber que hay cuestiones individuales y hasta alteraciones de la conducta que mantienen esas características aún en la vida adulta.