No es conveniente, por dos razones: una es que nuestra comida no es un alimento completo para la especie y otra es que los perros no están preparados para asimilar muchos de los ingredientes que nosotros utilizamos: aceites y fritos, picantes, dulces, etc. Siempre le pedirá que le de de comer en la mesa, está en su naturaleza, pero de ser posible evítelo. Puede descomponerlos gravemente.